Recordemos siempre que el Tarot es una herramienta de múltiples usos: adivinatorios, reflexivos, meditativos, etc. Y que a menos que uno se lea a sí mismo, siempre hay un tarotista interpretando, y cada tarotista es diferente a los demás.
Encontramos entonces que el Tarot puede tener usos muy diversos, tanto desde la intención del consultante como desde las capacidades concretas de cada tarotista. Algunas personas preguntan por el futuro como si fuera algo que sólo ocurre de forma independiente de la propia voluntad, y algunos tarotistas les responden de ese modo. Otros buscan confirmar una sospecha o reafirmar una decisión. Y buscan tarotistas que les hablen en términos concretos y terrenales para poder operativizar sus intenciones y búsquedas.
Mi línea de trabajo es más la segunda que la primera: intentamos con el consultante entender la situación de manera profunda y simple para elegir el curso de acción que más se ajuste a la naturaleza de cada persona y más profundamente la pueda satisfacer o conformar. Esto es el bien para nosotros: nutrir la naturaleza de cada persona con lo que necesita para estar fuerte y feliz.
Y esto se hace siempre a través de acciones en la vida real, práctica y cotidiana. No nos sirve de nada saber lo que dice una carta si no lo traducimos en algo concreto en la vida del día a día.
Si la consulta de Tarot no produce resultados tangibles, no es una buena práctica.
Dentro de esta búsqueda de resultados tangibles, los que tomamos como señales de éxito son: la toma de decisiones, la clarificación de situaciones y la desambiguación que producen, tanto en la alegría como en la tristeza, esa sensación interna de solidez característica de encontrar algo verdadero y cierto en medio de la incertidumbre cotidiana.
Nada nos puede garantizar que las cosas se den como las queremos, pero cuanto más conectados estemos con la certeza de estar tratando con las cosas en el plano de la verdad, más probabilidades tenemos de tener éxito, más temple tenemos ante la adversidad y más fácil nos es mantener el rumbo.